RESEÑA HISTÓRICA DE ILICH “CARLOS” RAMÍREZ SÁNCHEZ

PATRIOTA VENEZOLANO REVOLUCIONARIO

¡HONOR Y GLORIA!


 

Ilich Ramírez Sánchez nació en Caracas, Venezuela, el 12 de octubre de 1949. Su madre fue Elba María Sánchez (07/05/1927 - 09/12/2019), nacida en San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela y su padre fue Altagracia Ramírez Navas (17/12/1917 - 15/08/2003), nacido en Michelena, Estado Táchira. Su madre, cuya familia vivía de manera honesta aunque con muy pocos recursos económicos, le inculcó la sensibilidad amorosa y su deseo de superación. De su padre, quien había sido seminarista en su juventud para luego vivir el resto de su vida como un convencido y consecuente abogado Marxista-Leninista, obtiene su formación ideológica y la fuente de inspiración para su futura vida de combatiente internacionalista. Sus hermanos menores, Lenín y Vladimir, también nacieron en Caracas, en 1951 y en 1958, respectivamente.

Habiendo realizado su educación primaria en casa con profesores particulares marxistas, Ilich y Lenín cursaron estudios de secundaria en el Liceo Fermín Toro de Caracas, de donde ambos egresaron como bachilleres en ciencias en junio de 1966. Esa
etapa de la formación de Ilich se produjo en medio de la lucha armada en Venezuela, así como de conflictos y procesos de liberación a nivel mundial (la guerra en Vietnam, en Argelia, en Palestina, en el África y la América Latina insurgentes, entre otros). De igual manera coincidió con los ejemplos vivos de legendarios personajes revolucionarios y antiimperialistas, tales como Ernesto “Che” Guevara, Ho Chi Minh y Patricio Lumumba, entre otros. Esta caracterización del mundo durante su temprana adolescencia indudablemente ayudó para enrumbar la vocación de lucha internacionalista del joven Ilich.

El 18 de agosto de ese mismo año, Ilich, su madre y dos hermanos se fueron a Londres, Inglaterra, a emprender un proceso formativo diseñado por su padre, con la intención de aprender las culturas y los idiomas de Inglaterra, Francia y Alemania - viviendo tres años en cada uno de esos países - para posteriormente volver a su patria dotados de herramientas culturales e ideológicas que les permitiera a los tres hermanos luchar por la transformación de la realidad venezolana. Sin embargo dicho proceso fue alterado cuando, en julio de 1968, Ilich y Lenín obtuvieron una beca por medio de la Juventud Comunista de Venezuela (JCV), para cursar estudios de Química y Física, respectivamente, en la Universidad Patricio Lumumba de Moscú, capital en esa época de la Unión Soviética. Su madre y su hermano menor permanecieron en Londres hasta febrero de 1975 cuando, luego de haberse graduado Vladimir de bachiller e iniciado sus estudios pre-universitarios, deciden regresar a Venezuela.

Durante dos años de formación académica en la Lumumba, Ilich entró en contacto con estudiantes de distintas nacionalidades y conoció de cerca tanto las luchas antiimperialistas que se libraban en sus respectivos países - particularmente la causa del pueblo palestino - como los mecanismos de dominación ejercidos por sus opresores, principalmente el imperialismo estadounidense (USA), el sionismo mundial, con su epicentro en el Estado de Israel y los aliados de éstos en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

A finales de 1969 Ilich recibió un año de permiso para ausentarse de sus estudios en la Lumumba debido a que padecía de una úlcera. Se regresa a Londres para estar con su madre y hermano Vladimir, para luego viajar a Venezuela y pasar las navidades con su padre. Pasó dos meses en su patria y regresó nuevamente a su hogar materno. Esa fue la única y última vez que Ilich estuvo en su tierra luego de viajar con su familia a Londres en agosto de 1966, lo cual desmiente las múltiples versiones aparecidas en la prensa venezolana y de otros países latinoamericanos reseñando su supuesta participación tanto en la lucha armada, como en otras acciones subversivas en Venezuela durante los años 70, 80 y 90 del Siglo XX. De vuelta en Londres, recibió la noticia de su expulsión de la Lumuba, junto con su hermano Lenín y otros venezolanos, por confraternizar con estudiantes cubanos de esa Universidad, contrariando así las instrucciones recibidas de la organización que les había otorgado sus becas de estudio. Enterado de su expulsión, viaja a Moscú para reunirse con su hermano Lenín y recoger sus pertenencias a los fines de retirarse de la URSS. Luego de evaluar su nueva situación, ambos decidieron seguir caminos diferentes, regresando Lenín a Londres para emprender estudios de Ingeniería Eléctrica. Ilich en cambio decide viajar en julio de 1970 al Medio Oriente para unirse a la lucha armada del pueblo palestino. Estando en un campamento de formación de combatientes del Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) en Jordania, vivió los terribles acontecimientos del “Septiembre Negro”, desatado por el régimen jordano contra los palestinos refugiados en su territorio, ese mismo año. Su mentor en dicha organización, Wadih Haddad, le confiere como seudónimo de combate el nombre “Carlos”.

En febrero de 1971 Carlos volvió a Londres a emprender acciones de inteligencia para el FPLP bajo la cubierta de la normalidad de su vida familiar. Permaneció con los suyos - quienes no sabían de sus actividades con el FPLP - hasta el 10 de octubre de 1974, cuando se mudó a París, Francia, para seguir cumpliendo sus labores con el FPLP. Su familia viajó de vuelta a Venezuela en febrero de 1975. El 27 de junio de 1975, estando en una fiesta con otros venezolanos en un apartamento del edificio Nº 9 de la Rue Toullier, ubicado en el Barrio Latino de París, tres agentes policiales franceses y un delator libanés a su servicio, Michel Moukharbal, se presentaron para arrestarlo. Tras un cruce de palabras y acusaciones del delator libanés, se produjo un intercambio de disparos, muriendo dos agentes policiales y el delator Moukharbal. El otro agente policial quedó gravemente herido. Carlos desapareció del sitio ileso.

Posteriormente, la mañana del 21 de diciembre de 1975, y al frente de un comando multinacional de combatientes, Carlos dirigió el asalto a la sede de la OPEP en Viena, Austria, tomando 62 rehenes, entre ellos a los Ministros de los países miembros de dicha organización, a su personal de apoyo, guardias custodias y al personal administrativo y de seguridad de la OPEP. El asalto tuvo el propósito de llamar la atención del mundo a la situación de la Causa Palestina, obtener recursos para dicha causa, denunciar su opresión por los gobiernos de Israel y USA, así como la actitud cómplice con dichos opresores de los gobiernos de Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar e Irán (ésta última bajo el régimen del Sha Reza Pahlevi). Tras enfrentamientos que dejaron un saldo de tres muertos, el 22 de diciembre de 1975 partieron en vuelo desde Viena hacia Argelia, el comando y sus 42 rehenes. Finalmente el 24 de diciembre, tras un periplo por varios países del Magreb, y de vuelta en Argelia, el comando - habiendo logrado su cometido - cesó su operativo, liberó a todos los rehenes y desapareció para reincorporarse a la lucha por la Causa Palestina.

A partir de la exitosa y notoria operación de la OPEP en Viena, los medios de comunicación pro-occidentales y sionistas dieron rienda suelta a la criminalización de Ilich “Carlos”, acuñándole un reportero del diario amarillista británico “The Sun” el pseudónimo de “El Chacal”, para descalificar su accionar. Dicho reportero acompañó a funcionarios del Scotland Yard británico a efectuar un allanamiento de un apartamento en Londres, en el cual ubicaron un paquete con documentos y equipo logístico de Carlos. Al lado del paquete se encontraba un ejemplar de la novela de suspenso “El Día del Chacal”, escrita por el británico Frederick Forsyth sobre un asesino profesional que es contratado por el grupo terrorista francés OAS, a comienzos de la década de 1960, para matar al entonces presidente de Francia, Charles de Gaulle. Al reportero se le ocurrió asemejar a Carlos con el asesino de la novela.

En lo sucesivo estos medios le atribuyen a Carlos la autoría de numerosas acciones armadas a favor de la Causa Palestina, entre ellas el fallido secuestro, en julio de 1976, de un avión de Air France y su desvío a Entebbe, Uganda, acción frustrada por un cruento asalto de comandos israelíes para liberar a los rehenes. Carlos no participó en esta operación. Incluso se pretendió involucrarlo en la acción realizada por el grupo palestino Septiembre Negro, durante los Juegos Olímpicos de Munich en 1972, que resultó en la muerte de once atletas y entrenadores israelíes y de un oficial de la policía de Alemania Occidental. Cinco de los ocho miembros de Septiembre Negro resultaron muertos por disparos de la policía durante el fallido intento de rescate de los rehenes. Carlos tampoco participó en esa operación.

Luego de 1977, Carlos y sus colaboradores multinacionales (agrupados en la Organización de Revolucionarios Internacionalistas “ORI”) participaron activamente en la guerra entre oriente y occidente, árabes y sionistas, oprimidos y opresores, teniendo como escenarios de lucha Europa y el Medio Oriente, y como principales enemigos a los servicios de inteligencia de Israel, USA y de sus aliados. Desde 1991, luego de la caída de la Unión Soviética y de sus aliados en Europa, restringe su accionar al Medio Oriente, en dónde la continua presión de USA, sus aliados en Europa, e Israel sobre los gobiernos anteriormente aliados de Carlos, van cerrándole los espacios para su accionar.

A finales de 1993 llegó a Sudán, donde le ofrecen refugio y apoyo en tiempos difíciles. Sin embargo la presión de occidente sobre dicho régimen surtió efecto, llegando a un acuerdo el gobierno del Sudán con las fuerzas imperialistas para entregarlo, a cambio de un trato de mayor consideración hacia dicho país, así como información y recursos materiales para acabar con la insurgencia cristiana que libraba una sangrienta lucha al sur de Sudán contra el régimen islámico, la cual había sido armada y entrenada por las mismas potencias occidentales que entonces decidieron sacrificarla para obtener a su más grande objetivo: Carlos.

De esta manera, el 15 de agosto de 1994, mientras se recuperaba de una operación menor que se la había practicado, Carlos fue sometido por los mismos guardias sudaneses asignados a su protección, narcotizado por un médico sudanés y llevado esposado y encapuchado al aeropuerto de la capital sudanesa, Jartúm, donde fue entregado a agentes de seguridad franceses, quienes lo esperaban a bordo de un jet ejecutivo para llevarlo a la base aérea de Villacoublay, en Francia. A las pocas horas, ya en territorio francés, se le hizo entrega de una orden de captura nacional (sólo válida para personas detenidas en dicho territorio), para luego ser internado en las cárceles francesas. Estos hechos fueron reconocidos públicamente por las autoridades francesas del momento, responsables de dicha acción. Siendo que Carlos fue trasladado a la fuerza desde Sudán hasta Francia, sin que se cumpliera el proceso de captura y posterior extradición requerido en casos similares, es que se denuncia su secuestro por el Estado francés, lo cual invalida el proceso judicial que se le ha seguido desde entonces y hasta la fecha en Francia, y por ende obliga a su inmediata liberación y consiguiente repatriación a Venezuela, su país de origen y garante de sus más elementales derechos humanos.

Es necesario denunciar que en los 28 años y 2 meses de encierro padecido en dichas cárceles, Carlos ha sufrido torturas físicas, agresiones e intentos de asesinato (por otros presos, instigados por funcionarios penitenciarios franceses), torturas psicológicas (aislamiento total durante 10 años y privación prolongada de sueño), así como otras situaciones vejatorias y violatorias de su condición de prisionero, establecidas y reconocidas por Convenciones Internacionales, de las cuales son signatarias tanto Francia como Venezuela. Debido a la continua violación de sus derechos humanos, se mantuvo en huelga de hambre durante más de 20 días, en noviembre de 1998, para protestar por su situación, sin que hubiera una mediación activa de la Embajada de Venezuela en París, ni de la Cancillería del gobierno del entonces Presidente Rafael Caldera. Sólo el llamado del líder del FPLP, Dr. George Habash, pudo persuadir a Carlos de desistir de esa acción que le mantuvo al borde de la muerte.

En diciembre de 1997 fue condenado a una primera cadena perpetua por las muertes de 2 agentes policiales franceses y un delator libanés - ocurridas el 27 de Junio de 1975 en la Rue Toullier, en París - juicio llevado a cabo ante la Corte D’Assise parisina, de origen napoleónico, la cual le condenara sin que existieran pruebas concluyentes en su contra, ni declaraciones de testigos presenciales de los hechos. Cabe señalar que al menos uno de esos testigos, Leyma Palomares, esposa del entonces dirigente del partido político venezolano Patria Para Todos, se encontraba en Venezuela, lo cual fue desestimado por las autoridades francesas (Leyma Palomares falleció, a los 47 años de edad, el 23 de diciembre de 2011).

​​El 5 de enero de 2006, Carlos fue transferido a la cárcel de Clairvaux, ubicada a 260 kms. y un día de viaje de París, logrando así las autoridades judiciales francesas su aislamiento “de hecho”, toda vez que su defensa (ad-honorem) carecía de recursos económicos para cubrir los 2 días de viaje para realizar cada visita a su defendido. En cuanto a los funcionarios de la Embajada de Venezuela en París, éstos apenas le dispensaron pocas y cortas visitas durante su permanencia en dicha cárcel. Cabe señalar que en estas visitas se le hacía entrega de tarjetas telefónicas y otras menudencias, así como se “constataba” su estado de salud y vitalidad. En ningún momento nuestra delegación diplomática investigó los atropellos cometidos por las autoridades penitenciarias y judiciales en contra de Carlos, tales como sus traslados (durante unas 7 horas) entre la cárcel de Clairvaux y los tribunales en París, dentro de una furgoneta, encerrado en un cajón metálico de paredes sólidas de menos de 1,00 M² de base y 1,50 M. de altura (Carlos mide casi 1,80 M. de alto), esposado de pies y manos, sin ingerir líquidos ni alimentos, y con un pequeño orificio para la entrada de aire, trato denigrante propio de las mazmorras de la Edad Media, reservado por las autoridades penitenciarias francesas a sus presos de “alta peligrosidad”.

​​El 14 de abril de 2008 se produjo su traslado a la Cárcel de Poissy, cerca de Versalles, a 70 kilómetros de Paris, manteniéndose el mismo método arbitrario de traslado al tribunal en París. En ésta etapa más reciente de su secuestro en Francia, Ilich siguió privado del derecho a la legítima defensa al negársele acceso a los expedientes que se le “instruían”, por su supuesta responsabilidad en actos “terroristas”. El acoso ejercido en su contra por las autoridades penitenciarias francesas se incrementó desde octubre de ese año prohibiéndole las llamadas telefónicas a su familia y abogados en Venezuela.

No obstante todo lo anterior, el 20 de noviembre de 2009, el Presidente Hugo Chávez - con valentía e inconfundible firmeza - sembró renovadas esperanzas de que el Estado revolucionario venezolano haría justicia en el caso de Carlos. Ese día lo reivindicó como luchador revolucionario por la causa palestina, rechazando su calificativo de terrorista, y denunciando su secuestro por la policia francesa en Sudán. Luego el 27 de noviembre de 2009, nuevamente en dos ocasiones ratificó su postura en relación a Carlos, señalando su conducta internacionalista en la tradición de nuestros próceres (https://www.youtube.com

AUTOR: VLADIMIR RAMÍREZ SÁNCHEz ( Historiador y hermano menor de "Carlos")


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