1) CONFERENCIA: VENEZUELA EN ELECCIONES: Alejandro Hitcher 2) ESCUELA DE FORMACIÓN POLITICA kLÉBER RAMÍREZ: Laureno Seijas, 3) México. Desde los mayas y los aztecas hasta Claudia Sheinbaum y la 4ta. Transformación.: Sergio Rodrígue G.z
invitamos a la conferencia "VENEZUELA EN LAS ELECCIONES" entrada libre y de manera presencial.
Expositor: Alejandro Hitcher
El Comandante Presidente Hugo Chávez Frías designó al Ing. Alejandro Hitcher Marvaldi, como nuevo ministro del Poder Popular para el Ambiente, quien es egresado de la Universidad Central de Venezuela, como ingeniero civil, mención hidráulica. Desde antes de su egreso universitario se fue formando como especialista en el tema Agua Potable.
En su amplio currículo, destaca la ocupación de cargos como la presidencia de Hidrocapital, desde el año 2005, Viceministro del Agua del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (2004), también fue Viceministro del Ambiente y de los Recursos Naturales (2000-2004) y Presidente de Hidroven (1999-2000).
Durante su gestión como viceministro, impulsó la creación y fortalecimiento del Proyecto Nacional de Gestión Ambiental y desarrolló las bases del Instituto Nacional de Hidrometeorología, a través del Proyecto Venemet, antecesor al actual Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh).
También contribuyó con el nacimiento de los Consejos Comunitarios y Mesas Técnicas del Agua como herramientas organizativas en las comunidades para resolver los problemas de Agua Potable y Saneamiento.
Como presidente de Hidroven desarrolló proyectos de importancia nacional como la reconstrucción y rehabilitación de la represa El Guapo, y el impulso de obras de la Estación de Bombeo Cuira, Sistema Tuy IV, proyecto diseñado para ser la solución estructural al problema de agua de Caracas.
Además, Hitcher realizó importantes aportes a la redacción de la Ley Orgánica para la Prestación de los Servicios de Agua Potable y Saneamiento.
Ing. Alejandro Hitcher
¿QUÉ ES LA ESCUELA DE FORMACIÓN POLÍTICA KLÉBER RAMÍREZ?
La Escuela de Formación Política Kléber Ramírez, es respuesta a los cambios educativos militantes que demanda nuestra patria para la transformación revolucionaria. Surge y se construye como exigencia de formación, de preparación e instrucción para la compresión político-ideológica y socioeconómica, como necesidad de conocimiento estratégico de la linea doctrinaria de la revolución bolivariana. Está dirigido a las fuerzas territoriales de base y militantes revolucionarios, a la dirección política del proceso bolivariano, entre otros.
Es integración de investigación militante y transmisión de experiencias revolucionarias para la promoción y divulgación de conocimientos que ayuden a organizar y a producir el rearme ideológico y político del pueblo, a través de la educación y formación en diversos temas que permitan coadyuvar proactivamente a su preparación, educándolo y cultivando una mejor participación de los militantes que contribuyen a salvaguardar la independencia, libertad, soberanía, integridad territorial y el desarrollo integral de la Nación.
La escuela es experiencia y reflexión abierta como práctica conceptual de articulación temática de investigación, conocimiento y formación para la estabilidad política y la consolidación del proceso revolucionario Bolivariano. Es un sistema dual e indivisible de debate y formación. Un centro de análisis y elaboración teórica, de observación reflexión y síntesis; de caracterización de factores de riesgos y amenazas, de fortaleza y oportunidades que garanticen el salvaguardo de nutra patria.
La escuela es local e itinerante, de la acción teórica y la práctica coherente, de temática organizada en talleres, conversatorios, foros, seminarios, clases, simposios, mesa de diálogos círculos de estudios, de lectura y de otras actividades de interés común vinculadas y desplegadas en el Municipio Baruta del Estado Bolivariano de Miranda. Es diseño y construcción compartida, une la formación integral del dirigente, del cuadro político, de los militantes revolucionarios y de los participantes de base, con la práctica pedagógica revolucionaria en distintos ámbitos del saber, en espacios comunes, simultáneos y de ejercicio directo. Está compuesta por instructores y consejeros, por catedráticos de la experiencia, por conocedores meritorios y por calificados guías que ilustran en intercambios de saberes. Se trata de un sistema de estudio sin alumnos, ni discípulos sino de unión de asistentes y facilitadores en un aula abierta, sin matricula. Es la forma coherente de organización e instrucción, de formación y de educación continua, de investigación y análisis, que concluye y decide, desde la experiencia generadora para la transformación revolucionaria que exige el proceso bolivariano venezolano.
La escuela es para actores y sujetos que utilizan la práctica transformadora, la investigación, la acción, el análisis , coyuntura, el empirismo y la dialéctica como un todo fundente de filosofía y ciencia, de experiencia y cultura colectiva emancipadora que se integra y concreta en estudiar y luchar y, el ejercicio autogestionario de administración libertaria autónoma con los valores de la fraternidad, la solidaridad, la emulación y la guía de la democracia y formación militante que exige la Revolución Bolivariana del Siglo XXI.
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México. Desde los mayas y los aztecas hasta Claudia Sheinbaum y la 4ta. Transformación.
Sergio
Rodríguez Gelfenstein
No es casual. Está en los anales. El pueblo mexicano lo hizo una vez más como en muchas otras ocasiones a lo largo de la historia. Es verdad que a Hernán Cortés lo acompañó una Malinche (el domingo pasado también hubo otra cortejando al pasado) pero la memoria nos recuerda a Atotoztli, Tomiyahuatl, Eréndira y Tecuichpo, grandes mujeres que forjaron la nación azteca. En el siglo XXI hay otra: se llama Claudia Sheinbaum. Como ella misma dice “provengo de familia judía y estoy orgullosa de mis abuelos y de mis padres” pero no olvida que “fui educada como mexicana”. En el país hermano hay muchas Claudias. Yo conozco a varias de ellas.
No obstante esto, en su conferencia de prensa matinal del pasado 3 de junio, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) señaló con precisión quien había sido el protagonista de la jornada y quien había jugado el papel principal en el proceso de evolución de su país iniciado en 2018: Dijo AMLO: “…ayudé en la transformación del país, como lo han hecho millones de mexicanos porque yo no soy el único; a mí me tocó la construcción de un proceso, pero los actores principales, los protagonistas principales de este cambio fueron millones de mujeres y de hombres que han venido luchando”.
He ahí la esencia de lo que la oligarquía no entiende sobre lo que está ocurriendo: el pueblo ha sido el protagonista de los hechos y el intérprete principal de los acontecimientos que condujeron a los extraordinarios resultados electorales del pasado domingo.
Y es que como dije al comienzo, desde la resistencia de aztecas y mayas al colonialismo español signado por el triunfo de la “Noche Triste” y la organización de la defensa de Tenochtitlán que estableció niveles inauditos de resistencia solo superados por el salvajismo, el desprecio, y la barbarie propia de los españoles y su superioridad en materia bélica, los mexicanos no han dejado de luchar. La resistencia fue derrotada, y tuvo un alto costo humano pero generó un sentimiento de orgullo por lo propio que aún hoy vive en el alma de los mexicanos. Se siente desprecio por la Malinche y altivez por la historia pasada.
Los imperios aztecas y mayas desaparecieron a pesar de su gran desarrollo científico y tecnológico muy superior al de los europeos en materia de astronomía, medicina, hidráulica, agricultura y arquitectura entre otras. Pero como me decía Moisés Morales el gran sabio y guía de Palenque en Chiapas: “Que los mayas desaparecieron y yo que soy y? ¿ y que son toda esta gente que nos rodea? No son acaso los descendientes de aquellos que fundaron estas grandes ciudades de economía floreciente”. Se refería a Palenque, Toniná, Chichen Itzá, Tulum, Tikal y Copal entre otras portentosas ciudades que ya eran enormes urbes desarrolladas cuando París y Londres eran aun, unas aldeas miserables.
“Aquí estamos” me decía Moisés, lamentablemente fallecido hace unos años y aquí está hoy el pueblo mexicano heredero de grandes tradiciones, haciéndose cargo de su destino. Al igual que otros territorios de la región y al unísono con Venezuela y el Río de la Plata, en 1810 estalló la insurrección, los campesinos e indígenas convocados por el cura del pueblo de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla iniciaron la lucha por la independencia del yugo español. Al igual que Venezuela, en 1821, tras la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, culmina la lucha por la independencia. Antes, entre 1811 y 1815 José María Morelos intentó imprimirle un contenido social a la lucha, asumiendo posiciones más radicales en defensa de los humildes y de la soberanía nacional.
Pero al igual que en toda América, la independencia no fue completa. En México, le correspondió a Benito Juárez instaurar un cuerpo de leyes e instituciones que condujeran a construir realmente al Estado Mexicano y lo hizo en un momento en que el país se debatía en conflictos internos y externos que debilitaron el poder. Las frágiles instituciones construidas en el período pos colonial no pudieron evitar que Estados Unidos se robara el 55% del territorio mexicano. Juárez no solo edificó el nuevo Estado sino que lo modernizó y lo hizo más sólido.
Pero la modernidad no trajo la ansiada prosperidad para las mayorías, las luchas internas no conseguían dar estabilidad al país, la propiedad de la tierra en manos de unos pocos y el perturbador papel activista de la iglesia católica, no ayudaban a crear un clima que contribuyera al desarrollo. Una aguda lucha se desató en el país, en ella destacaron los líderes campesinos Emiliano Zapata y Francisco Villa que se enfrentaron a los remanentes de la larga dictadura de Porfirio Díaz y protagonizaron junto a otros la revolución mexicana de 1910 que tuvo una trascendente participación popular. Los mexicanos no dejaron nunca de luchar hasta que en 1917 se logró la aprobación de una nueva Constitución (vigente aún hoy) que por primera vez incorporaba una serie de derechos sociales en favor de los sectores más humildes de la población, convirtiendo la Carta Magna mexicana en un ejemplo a seguir para toda América Latina.
Aunque se instauró cierta estabilidad y la lucha por el poder se manifestaba en los marcos del sistema, México no lograba despegar en su desarrollo. En 1934, Lázaro Cárdenas fue elegido presidente de la República significando un punto de inflexión en la historia mexicana al tomar decisiones que enfrentaban los mecanismos tradicionales de la política inaugurada tras la revolución de 1910. Cárdenas apeló a la necesidad de establecer un sistema político y económico que garantizara la igualdad entre todos los mexicanos, para lo cual era fundamental establecer un sistema educativo que le proporcionara acceso a todos. Así mismo, se propuso hacer que los trabajadores y el pueblo jugaran un papel más participativo en la vida nacional, instaurando alianzas con las organizaciones sindicales. Se crearon cooperativas de trabajadores, asumiendo desde el gobierno políticas que se proponían mejorar las condiciones laborales de los obreros, favoreciendo sus luchas en contra de los empresarios nacionales y sobre todo de los extranjeros.
Un momento clave del gobierno de Cárdenas fue en 1936 cuando se aprobó la ley de expropiación de las empresas petroleras extranjeras en cumplimiento del mandato de la Constitución de 1917 que en su artículo 27 establecía el derecho de propiedad de la nación sobre sus recursos naturales. Así, en 1938, por medio de un decreto, esa ley se hizo realidad.
Se inauguró un nuevo período de “estabilidad” en los marcos de la democracia representativa, ahora tutelada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) que había sido creado en 1929 y que gobernó consecutivamente desde 1930 hasta el año 2000. El modelo sui generis establecido por el PRI que se caracterizaba por el control total de la política en lo interno y la defensa de la soberanía nacional sin inmiscuirse en los asuntos de otros países, en lo externo, generó importantes avances sociales en el país, pero, en sus últimos años, el sistema devino centralizador, corrupto y neoliberal, profundizando la dependencia externa de Estados Unidos y la situación de pobreza de las grandes mayorías.
En estas condiciones, AMLO accede a la presidencia en 2018 (antes, le habían robado el triunfo en 2006 mediante un gigantesco fraude electoral) e inicia la Cuarta Transformación que es mucho más que la realización de una serie de medidas políticas que cualquier gobierno hace cuando llega a la administración de un país. Ahora se trataba de dar continuidad a la historia para producir los cambios que el país necesitaba. Lo explicaba el mismo presidente AMLO en su alocución durante el 75° periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU el 22 de septiembre de 2020: las tres primeras transformaciones fueron: “… la independencia, […] la reforma y […] la revolución y ahora estamos empeñados, comprometidos en llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país, sin violencia y de manera pacífica”.
Hoy, cuando Claudia Sheinbaum ha sido elegida como presidenta de México, América Latina celebra con júbilo tal acontecimiento. Desde las guerras de independencia los destinos de México han estado indisolublemente ligados a la de sus hermanos del sur. Colombia (la Grande), fundada por el Libertador Simón Bolívar fue el primer país que reconoció la independencia de México, el primero que envió un diplomático y fue el primer país con el que México firmó un tratado de Unión, Liga y Confederación.
Los esfuerzos de Bolívar por la unidad latinoamericana tuvieron en el presidente mexicano Guadalupe Victoria y su canciller Lucas Alamán, sus más firmes aliados. En Tacubaya, México se intentó dar continuidad a los esfuerzos no concretados en Panamá en 1826.
No obstante, los gobiernos neoliberales (bajo mandato de Washington) que comenzaron a gobernar México en las postrimerías del siglo XX, condujeron a un alejamiento ostensible del país con América Latina. Fue precisamente el presidente López Obrador quien retomó los ideales de integración regional que propugnaron Bolívar y Victoria.
Ahí está su impronta: recuperación y revitalización de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) bajo el manto integracionista del Libertador Simón Bolívar; rechazo absoluto sin cortapisas al ilegal bloqueo estadounidense contra Cuba: no aceptación y negativa a inmiscuirse en los asuntos internos de Venezuela; supremo esfuerzo por salvaguardar la integridad personal del presidente boliviano Evo Morales tras el golpe de Estado de 2019, permitiendo dar continuidad al proceso político de ese país; rompimiento de relaciones con Ecuador ante la ilegal incursión en la Embajada de México en Quito violatoria de todos los preceptos del derecho internacional; apoyo irrestricto a todos los procesos democráticos de la región sin inmiscuirse en la dinámica política interna; enaltecimiento y respeto inconmensurable a Salvador Allende como ícono de la democracia popular y la defensa de la soberanía nacional en nuestra región…y hay mucho más.
En el tercer debate entre los candidatos presidenciales, realizado el pasado 19 de mayo, Claudia Sheinbaum, citando a Mario Benedetti, recordó que “el sur también existe”. En ese sentido, afirmó que, “…vamos a seguir ampliando las relaciones con América Latina y el Caribe, y el fortalecimiento de la CELAC”. Es lo que esperamos los países y pueblos del sur porque como le escribió Bolívar al líder mexicano Agustín de Iturbide en carta fechada el 10 de octubre de 1821:
“En el mal la suerte nos unió; el valor nos ha unido en la desgracia; y la naturaleza, desde la eternidad, nos dio un mismo ser para que fuésemos hermanos y no extranjeros…”
www.sergioro07.blog
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Kléber Ramírez Rojas
Kléber Ramírez Rojas (Chiguará, Mérida, Venezuela, 8 de noviembre
de 1937 – Caracas, Venezuela, 6 de junio de 1998) fue un ingeniero civil,profesor universitario, estadista, guerrillero e ideólogo socialista y bolivariano venezolano.
Se destacó su participación en movimientos y organizaciones políticas de corte izquierdista en América y el mundo, además de ser considerado un personaje ilustre de Mérida y de Venezuela. Realizó aportes ideológicos-filosófico-políticos importantes a la Revolución Bolivariana y al socialismo del siglo XXI, siendo uno de los teóricos más influyentes en la visión política del fallecido expresidente Hugo Chávez que desembocara en el primer intento de golpe de Estado de Venezuela de 1992
Lleva su nombre la Universidad Politécnica Territorial del Estado Mérida, la unidad oncológica del Hospital Luis Razetti en el estado Anzoátegui, ESCUELA DE FORMACIÓN POLÍTICA kLÉBER RAMÍREZ y muchas otras. A través de sus escritos, muchos de ellos inéditos y otros póstumos, Kléber Ramírez insistió mucho en el «Estado comunal», concepto relacionado con la comuna.
Juventud y familia
Kléber Ramírez nació en Chiguará el 8 de noviembre de 1937, un pueblo rural de los Andes venezolanos. Sus padres fueron don Antonio Ramírez (ganadero) y doña Carmen Rojas de Ramírez (ama de casa). Se casó en 1970 con la Sra. Aliria Violeta Hernández Castellanos y fue padre de tres hijos: Pablo Alfonzo, Simón Alberto y Yamira Isabel.
Estudios primarios y secundarios
Los primeros grados los cursa en su pueblo y culmina la primaria en el Instituto Domingo Savio de los Salesianos. Continua su bachilleraro en los liceos Independencia, Caracas y Fermín Toro en el cual toma parte activa en la huelga contra Marcos Pérez Jiménez en febrero de 1956.
Estudios superiores e inicios en la actividad política
Comienza estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Central de Venezuela; se incorpora definitivamente al movimiento revolucionario a través de la Juventud Comunista y en 1961 es electo presidente del centro de estudiantes de Ingeniería.
Viaja como delegado universitario al 1.er foro mundial de la Juventud realizado en Moscú y sigue a Hanói, Vietnam, para participar en un seminario sobre educación y alfabetismo. Participa luego en el Primer Congreso Latinoamericano de Estudiantes de Ingeniería celebrado en Bello Horizonte, Brasil y en 1962 integra la directiva de la FCU. El trabajo en el campo revolucionario lo aleja de la universidad para cumplir tareas políticas para las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional en diversas regiones del país, hasta 1971 cuando por razones políticas se ubica en Mérida dando culminación en ese año a los estudios de Ingeniería Civil.
Catedrático universitario
Kléber Ramírez Rojas ejerció como catedrático en la Universidad de Los Andes
Kléber se ganaba a la gente con su sencillez y humildad. En un lenguaje llano dibujaba lo que considera las líneas maestras de la transformación de Venezuela, por eso habla de dignidad y soberanía, desarrollo integral del hombre, ciencia y tecnología al servicio de la independencia y solidaridad continental latinoamericana. Además profesaba un gran bolivarianismo, incluso uno de su hijos lleva por nombre “Simón” en honor al Libertador Simón Bolívar.
Fue miembro fundador del movimiento político Ruptura y del Partido de la Revolución Venezolana y al disolverse estas organizaciones políticas se retira del activismo partidista y regresa a Chiguará en donde alterna sus tareas privadas en una pequeña finca ganadera con un período de reflexión política, cuyas conclusiones son presentadas en su obra Venezuela la IV República (o la total transformación del Estado), siendo su doctrina estratégica general para la acción de la sociedad venezolana «producir alimentos, ciencia y dignidad».
En su obra póstuma Historia documental del 4 de febrero, publicada en junio de 1998, se encuentra una reflexión e interpretación profunda sobre los hechos ocurridos el 4 de febrero de 1992, los documentos que redactó:
18 decretos de "el consejo general nacional para la dirección política y administrativa de la república de Venezuela"
los 6 decretos de "Presidente de la República"
el "Programa general para el nacimiento de una nueva Venezuela"
el "Programa nacional de ejecución inmediata para el rescate y fortalecimiento de la dignidad de la nación (Programa de emergencia)"
el "Acta constitutiva del gobierno de emergencia nacional"
los 2 comunicados "El gobierno de emergencia nacional se dirige a la nación"
Documentos todos que se iban a dictar desde Miraflores si la insurrección cívico-militar triunfase, los cuales fueron aprobados por los insurrectos desde el Cuartel de Caballería Páez de Maracay en enero de 1992. Sus reflexiones lo llevan a elaborar propuestas de cambios políticos para su discusión, aportando valores y referentes, mediante el rescate de la memoria colectiva y el cultivo de la significación de la particularidad individual, dentro del entorno social circundante.Militancia política.
Kléber Ramírez fue militante de diversos partidos izquierdistas de Venezuela. Perteneció al Partido Comunista de Venezuela, fue uno de los fundadores del Frente de Liberación Nacional y de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, coordinador nacional del movimiento político Ruptura y fundador del Partido de la Revolución Venezolana (PRV) y posteriormente, del Movimiento Bolivariano Revolucionario -200.
Participación en procesos revolucionarios
Kléber Ramírez Rojas estuvo en diferentes países que transitaban revoluciones sociales, tales como la Revolución sandinista de Nicaragua, donde permaneció unos ocho meses antes de la caída de Anastasio Somoza Debayle. También visitó Vietnam y estrechó la mano de Ho Chi Minh en 1961; además estuvo en Irak, la República Popular China y la Unión Soviética.
Estado comunero.
Según las ideas de Kléber Ramírez, la crisis del Estado venezolano se resolvía solamente con la liquidación y entierro de este Estado liberal-gomecista, creando uno nuevo que él había llamado «comunero». El tipo de Estado que plantea Ramírez es de corte izquierdista. La construcción de una nueva república debía estar basada en «producir alimentos, producir ciencia y producir dignidad».
En Historia documental del 4 de febrero, Ramírez describe que el objetivo fundamental de la «democracia comunera o comunal» es «que la sociedad asuma y ejerza su responsabilidad y con ella, los individuos» cuyo último fin es la «democracia total» en la cual, según Ramírez, «si existiese el Estado, sería una entelequia».
El Estado gomecista, según Ramírez, estable el anticomunismo como bandera; legalmente establecida en el inciso VI del artículo 32 de la Constitución gomecista que aunque fue suprimida en la presidencia de Medina Angarita, los adecos, aprovechándose de la Guerra Fría, conservaron la herencia gomecista anticomunista.
De la Cuarta a la Quinta República
Kléber Ramírez fue quien redactó las bases programáticas de la insurrección del 4 de febrero de 1992, liderada por Hugo Chávez. En éstas propuso los fundamentos para la construcción de una nueva república venezolana.
En su libro Venezuela: La IVa República dice que:
... los partidos políticos no son instituciones permanentes, tienen vigencia en determinado momento;luego su razón de ser desaparece o puede desaparecer, para convertirse en verdaderos empresas expoliadoras de las necesidades y esperanzas populares, son epifenómenos; cambian sus líderes y sus plataformas, (...), la única realidad es el pueblo, con sus necesidades anhelos e inquietudes. (Kléber Ramírez Rojas)
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