DÍA DEL GUERRILLERO HEROICO
DÍA DEL GUERRILLERO HEROICO
Ernesto Guevara (Rosario, 14 de junio de 19281-La Higuera, 9 de octubre de 1967), conocido como el Che Guevara o simplemente el Che, fue un médico, político, guerrillero, escritor, periodista y revolucionario comunista argentino nacionalizado cubano en 1960, ciudadanía a la que renunció en 1965.
Fue uno de los ideólogos y comandantes de la Revolución cubana. Desde el alzamiento armado hasta 1965, Guevara participó activamente en la organización del Estado cubano. Desempeñó varios altos cargos de su administración y de su Gobierno, sobre todo en el área económica. Fue presidente del Banco Nacional, director del Departamento de Industrialización del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) y ministro de Industria. En el área diplomática, actuó como responsable de varias misiones internacionales.
Abogó por la expansión de la lucha armada en regiones del tercer mundo e impulsó la instalación de «focos» guerrilleros en varios países de América Latina. Entre 1965 y 1967, él mismo combatió en el Congo y en Bolivia. En este último país, fue capturado y posteriormente ejecutado por el Ejército de Bolivia, con informes que indican la colaboración de la CIA, el 9 de octubre de 1967.
Su figura, reconocida mundialmente, genera diversas reacciones en la opinión pública, tanto positivas como negativas. Para muchos de sus partidarios representa la lucha contra las injusticias sociales, mientras que sus detractores lo consideran un personaje autoritario y violento.
Su retrato fotográfico, obra de Alberto Korda, es una de las imágenes más reproducidas e icónicas del mundo, comercial y no comercialmente, tanto en su original como en variantes que reproducen el contorno de su rostro.567891011
Nacimiento, infancia y adolescencia:
Ernesto «Che» Guevara fue el mayor de los cinco hijos de Ernesto Guevara Lynch (1900-1987) y Celia de la Serna (1906-1965). Ambos pertenecían a familias de la clase alta en Argentina. Un tatarabuelo paterno, Patricio Julián Lynch y Roo, fue considerado el hombre más rico de Sudamérica. Aunque diferentes biografías del luego llamado Che Guevara y el relato de la propia familia atribuyen a su madre ser descendiente de José de la Serna e Hinojosa, último virrey español de Lima, esta circunstancia se revela inverosímil ya que el virrey José de la Serna murió sin dejar descendientes. Celia de la Serna descendía del también español Juan Manuel de la Serna y de la Quintana (de origen cántabro, nacido en Ontón), quien se trasladó al Virreinato del Río de la Plata a finales del siglo xviii, radicándose en la ciudad de Montevideo, donde se casó en 1802 con Paula Catalina Rafaela Loaces y Arandía. Según el genealogista Narciso Binayán Carmona, era descendiente del conquistador, explorador y colonizador español Domingo Martínez de Irala (1509-1556) y Leonor "Ivoty'i Ju" Moquiracé, indígena guaraní que fue integrante del harén personal de aquel.
Ocasionalmente Ernesto hace mención en sus escritos a sus ancestros:
Seguro que yo heredo lo socarrón que hay en mí de ese vasco Guevara que llegó con Mendoza, o de cualquier gaita turrazo que se coló en mi árbol genealógico macerando dulces indias guaraníes; porque de mis ancestros irlandeses y guaraníes no lo he heredado. Tan truculentos son los unos como los otros, aunque los guaraníes aderecen su truculencia con mucha simpatía... Este nombre de Ayacucho en quechua significa Valle de la Muerte. Aquí mismo, mi tatarabuelo materno, el virrey De la Serna, se chupó una gran paliza.Ernesto Guevara
La familia nuclear que integraba con sus padres y hermanos estaba socialmente ubicada en la clase media alta. Su padre, Ernesto Rafael Guevara Lynch, llevó una vida económicamente desahogada gracias a las rentas que obtenía de la herencia recibida de sus padres. Al nacer su hijo, acababa de comprar junto con parte de la herencia de su esposa, una importante plantación de yerba mate en Caraguatay, una zona rural de la provincia de Misiones, en el área de Montecarlo, a unos 200 km al norte de la capital Posadas, sobre el río Paraná. Durante ese periodo, los trabajadores de los yerbatales, conocidos como mensúes, enfrentaban condiciones de trabajo extremadamente difíciles, como ilustra la novela El río oscuro, de Alfredo Varela, sobre la que se realizó la película Las aguas bajan turbias, ambientada en el trabajo de los yerbatales de aquellos años. La propiedad fue bautizada con el nombre de La Misionera y su explotación llevó a instalar luego un molino yerbatero en Rosario. Los Guevara también obtenían ingresos del astillero Río de la Plata, que era propiedad de varios miembros de su familia y estaba ubicado en San Fernando, hasta que resultó incendiado en 1930. Sin embargo, estos negocios no permitieron a la familia prosperar lo suficiente, por lo que resolvieron la venta del yerbatal, en la década de 1940, para instalar una inmobiliaria y comprar una casa en Buenos Aires. En Córdoba, Ernesto padre instaló con un socio una empresa de construcción civil que quebró en 1947. En 1948 recibió otra importante herencia tras la muerte de su madre, Ana Isabel Lynch Ortiz. Algunas biografías le atribuyen incorrectamente el título de ingeniero e ideología socialista. Se volvió a casar y tuvo tres hijos. En 1987 escribió un libro con el título Mi hijo el Che.
Celia de la Serna pertenecía a una familia tradicional de grandes estancieros bonaerenses. Su padre se suicidó cuando ella tenía dos años y su madre murió cuando tenía quince. Quedó entonces al cuidado de su hermana Carmen y una tía. Perteneció a una generación de mujeres argentinas de clase alta progresistas que promovieron el feminismo, la libertad sexual y la autonomía de las mujeres, cuya más fiel representante fue Victoria Ocampo.
Los padres del Che se casaron el 10 de diciembre de 1927, cuando Celia se encontraba embarazada de tres meses. El hecho era visto con reservas por la sociedad de aquellos años, pero también indica una actitud poco conservadora por parte de sus padres y sobre todo por parte de su madre, a pesar de que pocos años antes había estado a punto de convertirse en monja.
En 1948 se separaron, aunque siguieron viviendo bajo el mismo techo. Después de Ernesto, tuvieron cuatro hijos más: Celia (n. 1929), Roberto (n. 1932), Ana María (1934-1990) y Juan Martín (n. 1943).
Los padres de Ernesto se mudaron frecuentemente, lo cual marcó su niñez y juventud. Hasta dejar la Argentina definitivamente en 1953, la familia del Che tuvo al menos doce domicilios en Buenos Aires, Caraguataí, San Isidro, Alta Gracia y Córdoba.
Nacimiento:
Ernesto Guevara nació en la ciudad argentina de Rosario, en la provincia de Santa Fe, en 1928. En la partida de nacimiento se indica que sus padres declararon que había nacido el 14 de junio, pero según otras fuentes, nació el 14 de mayo de 1928, exactamente un mes antes.
En ese entonces sus padres alternaban su residencia de la ciudad de Buenos Aires con la de Caraguataí, en la provincia de Misiones, separadas por 1800 km de vía fluvial, donde atendían plantaciones de yerba mate de su propiedad. Es desde este lugar donde, al acercarse el momento de su parto, los padres de Ernesto decidieron volver a Buenos Aires con el fin de que este fuera adecuadamente asistido, utilizando para ello las líneas navieras que surcaban el río Paraná. La versión familiar relata que el alumbramiento se adelantó y debieron descender de urgencia en el puerto de Rosario, donde la madre dio a luz a Ernesto en el Hospital Centenario el día 14 de junio. Siempre según el relato familiar, el niño fue inscrito al día siguiente con el nombre de Ernesto Guevara y después de que la madre recibiera el alta, se instalaron por unos días en un apartamento ubicado en el quinto piso, esquina con calle Urquiza, hasta que ambos estuvieron en condiciones de retomar el viaje hacia Buenos Aires.
En contra de esta versión general, el biógrafo Jon Lee Anderson ofrece una explicación de la presencia de la madre en Misiones estando embarazada y la urgencia del desembarco en Rosario, al señalar que la fecha indicada en el acta de nacimiento oficial es falsa y que Ernesto Guevara nació el 14 de mayo de 1928, exactamente un mes antes. La razón habría sido la intención de los padres de ocultar el estado de embarazo de la madre al momento de casarse, circunstancia que luego fue reconocida por el padre. Según esta explicación, los Guevara se alejaron de Buenos Aires durante el embarazo y luego intencionalmente se dirigieron a Rosario para evitar que se conociera la verdadera fecha del parto. Anderson apoya su versión en los datos aportados por Julia Constenla, biógrafa de Celia de la Serna, como resultado de sus conversaciones con ella, y en las inconsistencias de la partida de nacimiento. Ernesto Guevara fue presentado en ocasiones durante su vida como «sietemesino», término que en la época era asimilado a «fruto de una relación prematrimonial».34
Primeros años: entre Caraguatay y Buenos Aires:
Los primeros años de Ernesto transcurrieron entre las casas que sus padres tenían en Caraguataí (provincia de Misiones) y Buenos Aires, yendo y viniendo en los vapores del río Paraná, según las necesidades de la producción yerbatera y el clima. Desde un primer momento Ernesto recibió de sus padres el sobrenombre de Ernestito, para diferenciarlo del padre, y luego de Teté, con los que le llamarían indistintamente su familia y amigos de la infancia.
En Buenos Aires se instalaron en las zonas típicas de la clase alta: primero en el barrio de Palermo (Santa Fe y Guise), luego en el partido de San Isidro (calle Alem) y finalmente en el barrio de la Recoleta (Sánchez de Bustamante 2286). Viviendo en San Isidro, a los dos años de edad tuvo el primer ataque de asma, enfermedad que padecería toda su vida y que llevaría a la familia a trasladarse a Córdoba. El padre siempre culparía a la madre por el asma de Ernesto, atribuyéndola a una bronquitis agravada por la falta de atención de esta última una fría mañana mientras nadaba en el Club Náutico San Isidro.
En Caraguatay, los padres de Ernesto contrataron a una niñera para su hijo: Carmen Arias, una mujer gallega que viviría con la familia hasta 1937 y que fue quien le puso el sobrenombre de Teté. Del yerbatal de sus padres y de su estancia en Misiones adquiriría el gusto por el mate, del que fue un apasionado toda su vida.
Debido a la seriedad y persistencia del asma que afectaba a Ernesto, la familia procuró buscar un lugar con un clima más apto. Siguiendo las recomendaciones de los médicos, decidieron mudarse a la provincia de Córdoba, un destino clásico de aquella época para las personas con afecciones respiratorias debido a sus condiciones climáticas y mayor altitud. Después de pasar un tiempo en la misma ciudad de Córdoba, capital de la provincia, los Guevara Lynch se instalaron en Alta Gracia.
Alta Gracia, Córdoba. Infancia y adolescencia:
Ernesto Guevara vivió 17 años en Córdoba, desde 1930 hasta principios de 1947, abarcando gran parte de su infancia y toda la adolescencia. Él mismo se consideraba cordobés y hablaba con el característico cantito de los cordobeses, aunque luego en Cuba adoptaría un acento marcadamente cubano. En Alta Gracia cursó la escuela primaria y en la ciudad de Córdoba la secundaria. También allí tuvo sus primeras experiencias sexuales y formó su grupo de amigos, con los que más adelante compartiría sus primeras preocupaciones sociales y sus viajes por América Latina. Poco antes de volver a Buenos Aires, vivió también unos meses en Villa María.
La familia tuvo varios domicilios en Alta Gracia, pero el principal de ellos fue Villa Nydia, en la zona de Villa Carlos Pellegrini, donde actualmente se ubica el Museo Ernesto Che Guevara.
Ernesto cursó sus estudios primarios en las escuelas públicas San Martín y Santiago de Liniers entre 1937 y 1941. Sus estudios secundarios los realizó entre 1942 y 1946, primero en el Colegio Nacional de Monserrat (cuatro años), terminando el ciclo en el Colegio Nacional Deán Funes, ubicados en la ciudad de Córdoba, donde la familia terminó mudándose en 1943.
El asma determinó en gran medida las características de la infancia de Ernesto Guevara. Los ataques eran constantes y de una severidad tal que lo llevaban incluso a quedar postrado días enteros. Limitó sus posibilidades de ir a la escuela, a la que recién ingresó en 1937 cuando tenía ocho años comenzando en segundo grado (saltando primero inferior y superior). Restringió sus posibilidades de hacer deporte, actividad que le apasionaba y que igualmente practicó aunque muchas veces sus amigos debían cargarlo para volver a su casa. Para combatir el asma estaba sujeto a constantes dietas y tratamientos médicos. Por otro lado su enfermedad lo hizo un extraordinario lector, un gran aficionado al ajedrez y generó en él un fuerte espíritu de disciplina y autocontrol.
Alta Gracia era una pequeña villa veraniega de la clase alta cordobesa ubicada en las primeras sierras a 39 km al suroeste de la ciudad de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre. Las sierras de Córdoba, por su clima seco y su altura, han sido tradicionalmente uno de los principales destinos turísticos del país, y el lugar por excelencia que buscaban las personas con afecciones respiratorias.
En su primera adolescencia Ernesto tuvo preferencia por libros de aventuras, como las luchas de Sandokán, de Emilio Salgari y, sobre todo, los viajes extraordinarios de Julio Verne, entre ellos Cinco semanas en globo, Viaje al centro de la Tierra, De la Tierra a la Luna, Veinte mil leguas de viaje submarino. Años después, estando ya en Cuba pediría que le enviaran sus tres tomos encuadernados en cuero de las obras completas de Verne. Más adelante desarrolló el gusto por la poesía y la filosofía. Entre sus poetas preferidos se destacaron Baudelaire, en especial su descarnada y polémica obra Las flores del mal, Pablo Neruda, en particular sus poemas de amor y León de Greiff. Fue un apasionado de la filosofía existencialista, lo que lo llevó a preferir las obras de Sartre, Kafka y Camus, y de las teorías psicológicas de Freud. Ernesto Guevara se destacó durante toda su infancia y adolescencia por su rebeldía. Sumamente travieso, con duras discusiones con sus padres y maestros, desaliñado al punto de ser llamado el Chancho Guevara (sobrenombre que adoptó gustosamente), ejecutando pruebas de gran riesgo personal, de muy mal carácter, muchas veces llegando a los golpes en las discusiones, realizando comentarios provocativos y escandalosos, buscando habitualmente defender la posición contraria de sus interlocutores.
En aquellos años, Córdoba y Alta Gracia en particular recibieron una notable cantidad de refugiados republicanos de la guerra civil española, y también alemanes vinculados a los nazis. El músico Manuel de Falla se había instalado en Alta Gracia y algunos de los mejores amigos de Ernesto, los hermanos González Aguilar, eran hijos de un alto jefe militar español republicano, también refugiado allí. Por otra parte algunas localidades cordobesas como La Falda, La Cumbrecita y Villa General Belgrano eran centros de refugiados alemanes con evidentes simpatías nazis. El padre de Ernesto llegó a organizar durante la Segunda Guerra Mundial un pequeño grupo para espiar las actividades nazis en Córdoba, en el que también participó Ernestito. En 1942, Ernesto Guevara inició sus estudios secundarios en el Colegio Deán Funes, ubicado en la esquina de Perú e Independencia, del barrio Nueva Córdoba (en la ciudad de Córdoba). Córdoba, que por entonces contaba con unos 350 000 habitantes, comenzaba a sufrir transformaciones decisivas debido un notable proceso de industrialización por el que fue llamada la Detroit argentina.44Cursó sus estudios secundarios (entre 1942 y 1946) en un momento de grandes cambios y transformaciones políticas en la Argentina. Entre 1943 y 1946 habría de surgir el peronismo que contó con un apoyo masivo de la clase obrera e inversamente un rechazo masivo de las clases media y alta. Los estudiantes fueron uno de los grupos que más activamente se movilizaron contra el peronismo naciente, bajo el lema de «no a la dictadura de las alpargatas».
Una vez en la escuela secundaria e instalado en Córdoba, la vida de Ernesto se hizo más pública. Contra lo que suelen decir algunas biografías, Ernesto Guevara no tuvo ninguna militancia política ni social en Córdoba (ni luego en Buenos Aires). Él mismo lo dijo:
«No tuve preocupaciones sociales en mi adolescencia, ni participé en las luchas políticas o estudiantiles de Argentina». Los padres de Ernesto y toda su familia, por supuesto, eran abiertamente antiperonistas, como lo era la gran mayoría de la clase media y la clase alta. Ernesto en cambio, nunca parece haber sostenido posiciones antiperonistas. Por el contrario, se sabe que la familia le atribuía sentimientos favorables al peronismo, que les recomendaba a las empleadas domésticas de su casa y de las casas de sus amigos que votaran al peronismo, y que sentía respeto por Perón a quien llamaba «el capo». Años después, ya en plena Revolución cubana, utilizó una de las palabras favoritas de Eva Perón, «descamisados», para bautizar al grupo de novatos bajo su mando en la guerrilla, y poco antes, al enterarse del golpe militar que derrocó a Perón escribió en una carta a su madre:
Te confieso con toda sinceridad que la caída de Perón me amargó profundamente, no por él, por lo que significaba para toda América, pues mal que te pese y a pesar de la claudicación forzosa de los últimos tiempos, Argentina era el paladín de todos los que pensamos que el enemigo está en el norte. Con respecto al Partido Comunista Argentino, Ernesto Guevara rechazó explícita y abiertamente su posición, en tanto «criticaba con dureza su sectarismo».Si alguna ideología clara comenzaba a asomar en él, en los últimos años de su adolescencia, fue su posición antimperialista y en particular su posición acérrimamente contraria al imperialismo estadounidense, una ideología con profundas raíces en la cultura política-social argentina. En este sentido, escandalizó a sus familiares y conocidos, cuando se opuso a que la Argentina le declarara la guerra a la Alemania nazi en 1945, sosteniendo que se realizaba por presión de Estados Unidos y que debía mantenerse neutral.
Simultáneamente, en 1945, con 17 años, demostró un gran interés por la filosofía y comenzó a escribir su propio diccionario filosófico, mientras descubría la literatura social latinoamericana, con exponentes como Jorge Icaza y Miguel Ángel Asturias. En noviembre de 1943 su mejor amigo, Alberto Granado, y otros estudiantes, fueron detenidos por la policía durante una manifestación estudiantil contra el gobierno. Junto a Tomás Granado, hermano menor de Alberto, iba diariamente a la cárcel a visitarlo. De manera quizás inesperada, cuando se organizó una gran marcha para reclamar la libertad de Alberto y los demás presos políticos, no solo se negó a participar, sino que sostuvo que «la marcha era un gesto inútil y que solo conseguirían que los "caguen a palos", y que él solo iría si le daban un revólver».
El escritor Ernesto Sabato sostiene en una breve mención inserta en su libro de memorias Antes del fin, que conoció a Ernesto Guevara, por aquellos años: En la tranquilidad de una tarde serrana, conocí a un muchacho médico que pasó a visitar a unos parientes en camino hacia Latinoamérica, donde curaría enfermos y hallaría su destino. A aquel joven, hoy símbolo de las mejores banderas, lo recuerda la historia con el nombre de Che Guevara.
El Che Guevara permanecería algo más de dos años en México. Allí definió sus ideas políticas, se casó, tuvo a su primera hija e ingresó al Movimiento 26 de Julio dirigido por Fidel Castro con el fin de formar un grupo guerrillero en Cuba para derrocar al dictador Batista e iniciar una revolución social.
En 1954 México era una suerte de santuario para los perseguidos políticos de todo el mundo. Por otra parte México había desarrollado una sólida cultura popular con identidad latinoamericana derivada de la Revolución mexicana de 1910, la primera revolución social triunfante de la historia, representada en los famosos murales de Rivera, Siqueiros y Orozco; en la reformista UNAM, en un cine de lenguaje propio con estrellas como Cantinflas y María Félix, así como en manifestaciones musicales propias de su identidad como el bolero y la ranchera.
En México, Guevara trabajó un tiempo de fotógrafo para la argentina Agencia Latina que cerró poco después y luego para el Hospital General y el Hospital Infantil por un pequeño salario como alergista e investigador.
Antes de que terminara 1954 Hilda Gadea se radicó también en México, reiniciando el tipo de relación compleja que habían mantenido en Guatemala, en las que se combinaban las relaciones sexuales con la actitud maternal de ella, así como un fuerte entendimiento cultural. Pocos días después se encontró por casualidad en la calle con Ñico López, quien lo invitaría a asistir a las reuniones del grupo de cubanos moncadistas que se reunían coordinados por María Antonia González en un departamento céntrico ubicado en calle Emparán .
Por aquel entonces Fidel Castro cumplía una condena de diez años de prisión en Cuba por haber dirigido el asalto al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. El hecho lo había convertido en una figura nacional. En mayo de 1955 el dictador Fulgencio Batista sancionó una ley de amnistía, dejando en libertad a Fidel Castro, su hermano Raúl y otros dieciocho moncadistas. Poco después, el 12 de junio, crearon el Movimiento 26 de Julio, una organización cuyo fin era derrocar a Batista y que tenía una ideología antimperialista-democrática fundada en las ideas de José Martí y mayoritariamente anticomunista.
Por aquel entonces, a poco de iniciada la Guerra Fría y como herencia del macartismo se generalizó en América Latina la acusación de «comunismo» como táctica para desprestigiar y reprimir los movimientos democráticos y sociales. Juan José Arévalo alertaría sobre este mecanismo en su libro AntiKomunismo en América Latina (1959).
En junio de 1955, Raúl Castro se estableció en México con el fin de preparar la llegada de su hermano, desde donde este organizaría un grupo guerrillero para volver a Cuba. En cuanto llegó, conoció a Ernesto Guevara; ambos congeniaron desde el primer momento. Raúl Castro, a diferencia de Fidel, había pertenecido al Partido Comunista, llamado en Cuba Partido Socialista Popular (PSP) y era mucho más radical en sus actitudes y posiciones.
El 7 de julio de 1955, Fidel Castro llegó a México. Dos semanas después le ofreció al Che unirse al Movimiento 26 de Julio como médico y este aceptó inmediatamente. Casi simultáneamente Hilda Gadea le comunicó que estaba embarazada y el 18 de agosto se casaron, aunque era obvio que para Guevara se trataba de una decisión obligada por las circunstancias. Ambos se mudaron entonces a un apartamento en la calle Nápoles n.º 40, en Colonia Juárez. Como luna de miel en noviembre visitaron las ruinas mayas de Chiapas y la península de Yucatán: Palenque, Chichén-Itzá y Uxmal.
En febrero de 1956, un grupo de unas veinte personas iniciaron el entrenamiento en guerra de guerrillas bajo el mando del coronel español Alberto Bayo Giroud. El 15 de febrero nació su hija Hilda Beatriz Guevara. Poco después escribió las últimas líneas del diario que había iniciado en Buenos Aires al partir para su segundo viaje latinoamericano:
Ha pasado mucho tiempo y muchos acontecimientos nuevos se han declarado. Solo expondré los más importantes: desde el 15 de febrero de 1956 soy padre; Hilda Beatriz Guevara es la primogénita. [...] Mis proyectos para el futuro son nebulosos pero espero terminar un par de trabajos de investigación. Este año puede ser importante para mi futuro. Ya me fui de los hospitales. Escribiré con más detalle.
Los entrenamientos se realizaron en un rancho del municipio de Chalco, a unos 50 km al sureste de México, donde estaban recibiendo un curso de comando y entrenamiento en guerra de guerrilla impartido por el coronel Alberto Bayo Giroud. El Che ocultó su asma, se destacó en el entrenamiento militar y se convirtió en uno de los líderes del grupo.
Entre el 20 y el 24 de junio de 1956, Fidel Castro, su hermano Raúl, el Che Guevara y la mayor parte del grupo del Movimiento 26 de Julio en México fueron arrestados por la policía mexicana. En esa oportunidad la conducta de Ernesto fue extraña, pues en las tres veces que lo interrogaron confesó abiertamente que era comunista, que se estaban preparando para realizar una revolución en Cuba y que era partidario de la lucha armada revolucionaria en toda América Latina. Fidel Castro con posterioridad pondría esa conducta del Che como un ejemplo de su «honestidad a carta cabal».
Según José González González, exescolta del jefe del Departamento de Policía y Tránsito Arturo Durazo Moreno y autor del libro Lo negro del negro afirma que Durazo humilló a Fidel y al Che cuando fueron detenidos, Durazo quien antes de cambiarse a la Dirección Federal de Seguridad, intervendría en la detención y tortura de Fidel Castro Ruz y Ernesto Guevara, a quienes les dio una brutal paliza, González afirmaba que Durazo «siempre se jactó de haber vejado a los dos personajes».
Obtener la libertad del grupo fue sumamente difícil, especialmente la de Ernesto Guevara, que permaneció detenido cuando Fidel Castro fue liberado el 24 de julio, debido a que tenía sus papeles migratorios vencidos y se había confesado comunista. Con el fin de obtener la libertad del Che, Castro demoró la salida hacia Cuba y realizó gestiones entre las autoridades mexicanas que han permanecido ocultas. Fue en ese momento cuando Ernesto escribió un poema titulado Canto a Fidel que se reproduce aquí y que pone en evidencia hasta qué punto había sido influenciado por el líder cubano.
El 25 de noviembre de 1956, desde el Puerto de Tuxpan, 82 hombres, entre ellos Ernesto Guevara, partieron hacia Cuba en un yate llamado Granma.
La Revolución cubana
El 10 de marzo de 1952, un golpe de Estado dirigido por el general Fulgencio Batista había derrocado al presidente democrático Carlos Prío Socarrás, del Partido Auténtico, en un marco internacional que transitaba los primeros momentos de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Batista instaló una sangrienta dictadura con el argumento de combatir al comunismo. Sin embargo, el escandaloso nivel de corrupción y violación de derechos humanos llevó a la conformación de una oposición generalizada partidaria de la insurrección para desalojar del poder a Batista, del que participaron los partidos políticos de oposición, los sindicatos, el movimiento estudiantil, e incluso sectores del empresariado, los terratenientes, las fuerzas armadas y el propio gobierno de los Estados Unidos, que llegó a cortarle el suministro de armas. El mismo presidente depuesto, Carlos Prío Socarrás, expresaba ese clima revolucionario diciendo: «Triunfaré por cualquier medio, incluso el más extremo».
En este contexto actuaría el Movimiento 26 de Julio, una evolución revolucionaria del Partido Ortodoxo, de ideología básicamente nacionalista-anticomunista, buscando en todo momento articular sus fuerzas con otros sectores opositores, con el proyecto de establecer un gobierno democrático nacionalista. Tanto el expresidente Carlos Prío Socarrás del Partido Auténtico, como la CIA, apoyaron económicamente a la guerrilla castrista85 en sus primeros años. Mientras tanto, Fidel Castro —que había sido un destacado dirigente juvenil del otro partido importante, el Partido Ortodoxo y que se había vuelto célebre por el intento de tomar el Cuartel Moncada en 1953— proclamaba abiertamente sostener una posición anticomunista. Por su parte, pese a mantener relaciones estrechas con Fidel Castro y la guerrilla en Sierra Maestra, el Partido Socialista Popular (comunista) criticó la experiencia guerrillera atribuyéndole una intención puramente aventurera golpista. Finalmente, varias fuerzas políticas tenían por entonces organizaciones armadas además del Movimiento 26 de Julio, como el Directorio Revolucionario 13 de Marzo, el Partido Socialista Popular y el Segundo Frente Nacional del Escambray.
La prensa y la opinión pública estadounidense brindaron una gran cobertura y demostraron una gran simpatía por Fidel Castro y sus guerrilleros en Sierra Maestra, legitimando el movimiento armado y brindando una difusión de los motivos y acciones de la guerrilla que el Movimiento 26 de Julio nunca hubiera podido conseguir en las condiciones de censura y represión que dominaban en Cuba.
El desastre de la llegada a Cuba:
El 25 de noviembre de 1956 un grupo de 82 guerrilleros del Movimiento 26 de Julio que se habían entrenado en México se embarcaron en el puerto del municipio de Tuxpan (Veracruz) rumbo a Cuba en el yate Granma. Dirigidos por Fidel Castro, en el grupo se encontraban también Raúl Castro, Camilo Cienfuegos, Juan Almeida Bosque y el Che Guevara, entre otros.
La travesía duró siete días, dos más de lo planeado, debido a lo cual el grupo que iba a apoyar su llegada a Cuba ya se había retirado. Antes del amanecer del 2 de diciembre el yate encalló en la costa sudoccidental, cerca de la playa de Las Coloradas, en el Golfo de Guacanayabo, por lo que los rebeldes debieron dejar la mayor parte de las municiones, alimentos y medicinas en el barco.
Tres días después, cuando todavía trataban de organizarse, el grupo fue emboscado por el ejército en Alegría de Pío. La mayor parte del grupo murió en el combate, fueron ejecutados o detenidos. El resto se dispersó y recién volvió a reunirse en Sierra Maestra el 21 de diciembre. Guevara fue herido superficialmente en el cuello y cayó en una especie de sopor del que fue sacado por Juan Almeida Bosque, para reorganizar un grupo de ocho hombres en situación desesperada por el hambre, la sed y la persecución del ejército.
La cantidad exacta de supervivientes se desconoce. Aunque la historia oficial habla de doce, se sabe que en Sierra Maestra se reunieron al menos 20 guerrilleros de los 82 que llegaron en el Granma. La imagen de los doce hombres, parece haber sido tomada de un episodio de la independencia cubana en 1868, en Yara, Oriente de Cuba, cuando la tropa comandada por Carlos Manuel de Céspedes se enfrentó con un destacamento colonialista y fueron derrotados. Cuenta la tradición oral que al quedarse solo Céspedes con un puñado de patriotas, un desalentado le insinuó la rendición, replicando aquel: «Aún quedamos doce hombres; bastan para hacer la independencia de Cuba».
En esa oportunidad el Che Guevara fue severamente reprendido por Fidel Castro debido a la pérdida de las armas, que habían sido escondidas por orden de aquel en la casa de un campesino luego allanada por el ejército. Como símbolo de degradación Castro le quitó la pistola al Che. Años después recordaría que la «amarga recriminación» de Fidel siguió «grabada en mi mente por el resto de la campaña y hasta el día de hoy».
La debacle del desembarco fue noticia de primera plana y en la lista de muertos dada por el gobierno aparecían los dos hermanos Castro y Ernesto Guevara, afectando hondamente a su familia. Sin embargo el último día del año recibieron una nota manuscrita suya, con sello del correo cubano, que decía:
Sierra Maestra
Sierra Maestra es un cordón montañoso alargado ubicado sobre la costa en el extremo sudeste de la isla de Cuba, a poco más de 800 km de su capital, La Habana, ubicada en el otro extremo. Su punto más alto es el pico Turquino (1974 m s. n. m.), ubicado aproximadamente en el centro. Mide 250 km de largo por 60 km de ancho. Por el extremo oriental de la cadena las últimas estribaciones conectan con la ciudad de Santiago de Cuba en tanto que por la parte central conecta al norte con la ciudad de Bayamo. En la década de 1950 la región estaba totalmente cubierta de selva tropical, densa y húmeda. Se trataba de una zona marginal, habitada por unos 60 000 campesinos, llamados guajiros en Cuba, dedicados a la agricultura de supervivencia en tierras de posesión precarias, y también por bandoleros, contrabandistas, fugitivos y terratenientes que imponían su poder a punta de pistola. Actualmente la zona contiene varios parques nacionales.
Entre África y Bolivia.
Tras la retirada del Congo, el Che se ocultó varias semanas en la embajada cubana en Dar es-Salam, capital de Tanzania, donde aprovechó para escribir su memoria de la fracasada experiencia, que luego se publicaría en 1999 como Pasajes de la guerra revolucionaria: Congo. Allí realizó una «enmarascamiento» que incluyó un cambio de la dentadura y otras transformaciones corporales realizada por el Dr. Luis C. García Gutiérrez (a. Fisín), con el fin de adoptar nuevas identidades.
Con posterioridad se trasladó a Praga donde permaneció por cinco meses en una casa de seguridad del servicio secreto cubano. Se trata de uno de los períodos menos conocidos de su vida en los que analizó sus próximos pasos que lo llevarían a iniciar la acción guerrillera en Bolivia.
Algunos de sus biógrafos consideran que es altamente probable que haya estudiado y escrito mucho, pero hasta 2006 no había certeza de que existan los supuestos cuadernos de Praga.Pero de este período datan las anotaciones y comentarios al manual oficial soviético sobre Economía política, con gran variedad de críticas y reformulaciones del llamado socialismo científico. Estos textos fueron considerados una «herejía» y todavía permanecen en su mayor parte inéditos.
Tras analizar varias opciones, el Che Guevara, con apoyo de Fidel Castro, decidió establecer un foco guerrillero en Bolivia, un país que, estando en el corazón de Sudamérica, y limitando con Argentina, Chile, Perú, Brasil y Paraguay, permitía extender con facilidad la guerra de guerrillas a todo el subcontinente, sobre todo a su país natal.
El 21 de julio de 1966, el Che volvió secretamente a Cuba. Allí se reunió con Fidel Castro, su esposa, Orlando Borrego y el grupo de guerrilleros que lo acompañaría a Bolivia. El 2 de noviembre, sin revelar su identidad, vio por última vez a sus hijos, con excepción de Hildita, la mayor, debido a que podría reconocerlo.
Poco después, entre septiembre y octubre de 1966, el Che Guevara volvió a reunirse con Perón en Madrid, para pedir el apoyo del peronismo a su proyecto guerrillero en Bolivia. Según alguna versión, Perón se habría comprometidó a no impedir que aquellos peronistas que quisieran acompañar a Guevara lo hicieran, pero sin involucrar al movimiento peronista como tal en una acción guerrillera en Bolivia, aunque si se comprometería a dar el apoyo del peronismo cuando la guerrilla del Che trasladase su acción al territorio argentino.
Bolivia.
En noviembre de 1964, el general René Barrientos encabezó un golpe de Estado en Bolivia que derrocó al gobierno constitucional del presidente Víctor Paz Estenssoro, poniendo fin a la Revolución de 1952, de tendencia nacionalista-popular, impulsada por el MNR. En 1966 Barrientos organizó unas elecciones en las que fueron proscriptos los principales líderes del MNR, el depuesto Paz Estenssoro y Hernán Siles Suazo, resultando de tal modo elegido él mismo.
El 7 de noviembre de 1966, día en que comienza su Diario de Bolivia, Ernesto Guevara se instaló en una zona montañosa y selvática ubicada cerca del río Ñancahuazú, en el sudeste del país, donde las últimas estribaciones de la Cordillera de los Andes se unen con la región del Gran Chaco.
El grupo guerrillero estable estaba integrado por 16 cubanos, entre ellos muchos de los hombres de su círculo íntimo, 26 bolivianos, 3 peruanos146 y 2 argentinos. En total 47 combatientes, de los cuales Tania era la única mujer, aunque en el grupo de apoyo desempeñó también un importante papel Loyola Guzmán quien resultó detenida y torturada. Tomaron el nombre de Ejército de Liberación Nacional de Bolivia (ELN) con secciones de apoyo en Argentina, Chile y Perú.
El 11 de marzo de 1967 dos desertores fueron detenidos poniendo sobre aviso al gobierno, que, ese mismo día, solicitó la cooperación de Estados Unidos y organizó un sistema de inteligencia coordinado con Argentina, Brasil, Chile, Perú y Paraguay.
El 22 de marzo comenzaron los enfrentamientos armados: el ELN copó a una unidad militar y mató a siete soldados. Poco después dejaron el campamento para escapar del cerco que comenzó a formar el ejército boliviano. El 3 de abril Guevara dividió sus fuerzas, poniendo a Juan Acuña Núñez («Vilo» o «Joaquín») al mando de la segunda columna. Ambos grupos se perdieron y no volverían a encontrarse.
En sucesivas escaramuzas fueron muriendo sus hombres: Jesús Suárez Gayol, Jorge Vázquez Viaña (Loro), a quien dieron por desaparecido, y Eliseo Reyes, que lo acompañaba desde Sierra Maestra.
El 20 de abril el ELN sufrió un duro golpe al ser capturados dos miembros de la red de apoyo, Régis Debray y Ciro Bustos, cuando intentaban dejar la zona. Ambos fueron torturados y terminaron brindando información clave. Los actos de Debray y Bustos, bajo tortura, como también, por otro lado, la inacción de Mario Monje, secretario general del Partido Comunista de Bolivia, que debió haber ofrecido apoyo logístico, han sido muy discutidos.

En ese momento escribió su Mensaje a los Pueblos del Mundo que fue leído en la reunión de la Tricontinental (Asia, África y América Latina), y que contiene sus afirmaciones más radicales y contundentes, proponiendo una guerra mundial abierta contra Estados Unidos, en clara contradicción con la «coexistencia pacífica» que sostenía por entonces la Unión Soviética y los partidos comunistas latinoamericanos dentro del marco conceptual de la Guerra Fría. Guevara encabezó ese documento con una de sus frases más recordadas:
En junio y julio de 1967, el ELN perdió siete hombres más: Casildo Condori, Antonio Sánchez Díaz, Carlos Coello (Tuma), Julio Velazco, Serapio Aquino, Raúl Quispaya y Martínez Tamayo (Papi).
El 1 de agosto de 1967, la CIA envió dos agentes para sumarse a la caza del Che Guevara: los cubano-estadounidenses Gustavo Villoldo y Félix Ismael Rodríguez. El 31 de agosto de 1967, el ejército emboscó a la segunda columna en Vado del Yeso, cuando cruzaban el río, resultando que todos excepto uno morirían: Vilo Acuña, Tamara Bunke, Apolinar Aquino, Walter Arencibia, Moisés Guevara, Gustavo Machín, Freddy Maymura, Israel Reyes y Restituto Cabrera. Sus cuerpos fueron expuestos primero como trofeos, y luego enterrados clandestinamente. Después de dar un gran rodeo y tomar Samaipata por una horas, la primera columna había quedado aislada y con la salida hacia el Río Grande bloqueada, lo que los obligó a subir la montaña en dirección a La Higuera. El 26 de septiembre entraron al pequeño caserío de La Higuera y, al salir, la vanguardia fue emboscada, muriendo tres de ellos (Coco Peredo, Mario Gutiérrez y Manuel Hernández).

OCTUBRE 7. Se cumplieron los 11 meses de nuestra inauguración guerrillera sin complicaciones, bucólicamente; hasta las 12.30 hora en que una vieja, pastoreando sus chivas entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apresarla. La mujer no ha dado ninguna noticia fidedigna sobre los soldados, contestando a todo que no sabe, que hace tiempo que no va por allí. Solo dio información sobre los caminos; de resultados del informe de la vieja se desprende que estamos aproximadamente a una legua de Higueras y otra de Jagüey y unas 2 de Pucará. A las 17.30, Inti, Aniceto y Pablito fueron a casa de la vieja que tiene una hija postrada y una medio enana; se le dieron 50 pesos con el encargo de que no fuera a hablar ni una palabra, pero con pocas esperanzas de que cumpla a pesar de sus promesas. Salimos los 17 con una luna muy pequeña y la marcha fue muy fatigosa y dejando mucho rastro por el cañón donde estábamos, que no tiene casas cerca, pero sí sembradíos de papa regados por acequias del mismo arroyo. A las 2 paramos a descansar, pues ya era inútil seguir avanzando. El Chino se convierte en una verdadera carga cuando hay que caminar de noche.
El Ejército dio una rara información sobre la presencia de 250 hombres en Serrano para impedir el paso de los cercados en número de 37 dando la zona de nuestro refugio entre el río Acero y el Oro.
La noticia parece diversionista. h-2,000 ms.
El 8 de octubre fueron sorprendidos en la Quebrada del Churo.150 El Che Guevara ordenó dividir el grupo en dos, enviando a los enfermos delante y quedándose con el resto a enfrentarse a las tropas del gobierno. Harry Villegas (Pombo), uno de los cinco sobrevivientes, cuenta así ese momento crítico:
Muerte.
Durante la acción en Quebrada del Yuro, Guevara resultó herido en su pierna izquierda y fue capturado junto con Simeón Cuba Sanabria (Willy), siendo llevado a La Higuera donde fueron recluidos en la escuela, en aulas separadas. Allí colocarían también los cadáveres de los guerrilleros muertos y también sería recluido al día siguiente, Juan Pablo Chang. Entre las pertenencias requisadas por los militares estaba el Diario que el Che llevaba en Bolivia.
El 9 de octubre, el gobierno boliviano informó sobre el fallecimiento de Ernesto Guevara ocurrido el día anterior. Simultáneamente llegaron el coronel Joaquín Zenteno Anaya y el agente de la CIA, Félix Rodríguez. Poco después del mediodía el presidente Barrientos dio la orden de ejecutar al Che Guevara. Existen dudas y versiones contradictorias sobre el grado de apoyo que la decisión tuvo por parte de Estados Unidos,152 pero lo cierto es que, tal como está registrado en el propio informe secreto de Félix Rodríguez, la CIA estaba presente en el lugar. Rodríguez recibió y transmitió la orden de ejecución a los oficiales bolivianos y comunicó a Guevara sobre esta decisión.153Antes del fusilamiento, Rodríguez, lo interrogó y lo sacó del aula para tomarle varias fotografías, las últimas en las que aparece con vida. El propio Rodríguez relata ese momento de este modo:
Salí de la habitación, aquello estaba lleno de soldados afuera. Me dirigí al sargento Terán que sabía que estaba siendo de ejecutor de todo eso. Le dije: «Sargento, hay instrucciones de su Gobierno de eliminar al prisionero». Me puse la mano al nivel de la barbilla: «No le tire de aquí para arriba, tírele de aquí para abajo pues se supone que este hombre haya muerto de heridas en combate». «Sí, mi capitán, sí, mi capitán», dijo. Era aproximadamente la una de la tarde de Bolivia. De ahí entonces me retiré al lugar avanzado donde yo había fotografiado el diario y a la una y diez aproximadamente escuche una ráfaga pequeña.154
Mandé a Terán que cumpliera la orden. Le dije que debía dispararle [al Che] por debajo del cuello porque tenía que parecer muerto en combate. Terán pidió un fusil y entró en la habitación con un par de soldados (...) y anoté en mi cuaderno: hora 13:10 del día 9 de octubre de 1967. udé 40 minutos antes de ejecutar la orden. Me fui a ver al coronel Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso furioso. Así es que fui. Ese fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: «Usted ha venido a matarme». Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: «¿Qué han dicho los otros?». Le respondí que no habían dicho nada y él contestó: «¡Eran unos valientes!». Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. «¡Póngase sereno —me dijo— y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!». Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.



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