ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMÉRICA Y SU CONTINUA
AGRESIÓN A LOS PAÍSES DE NUESTRO HEMISFERIO
En el año 2000, en el último debate electoral por la presidencia, el republicano George W. Bush (h) expresó ante su oponente demócrata, Al Gore, ésto: "Propongo que los países que tienen deuda externa con los EE.UU. cambien esas deudas por sus florestas tropicales". Una "generosa" propuesta dirigida particularmente a los muy endeudados países latinoamericanos.
Pero Al Gore se había anticipado en tales menesteres, ya que en 1989 afirmó que "...al contrario de lo que los brasileños piensan, la Amazonía no es de ellos, sino de todos nosotros". Y es sabido que cuando los mandantes yankees dicen "nosotros", a quien se refiere.
La apetencia norteamericana por la Amazonía, entre otras muchas, es de larga data. En 1817 el capitán y geógrafo de la marina, Mathew Fawry, diseñó un extraño mapa de América del Sur, sugiriendo la creación del "Estado Soberano de la Amazonía", propiciando para tal "creación" movimientos sublevaciones separatistas. Otro geógrafo, del ejército en éste caso, expresó la curiosa "tesis" según la cual el río Amazonas era una continuidad, una extensión natural del río Mississippi, y por consiguiente la Amazonía sería territorio estadounidense.
De tales cuestiones no podía estar ausente la dinastía Rockefeller. Tempranamente, en el Siglo 19, Nelson Rockefeller publicitaba que la Amazonía era "la nueva frontera oeste" de EE.UU., por lo tanto para tal nueva conquista, el magnate participaría financiado "misioneros y actividades filantrópicas" en la región.
La enorme codicia
del imperialismo norteamericano por nuestra región viene de largo
tiempo, y éste año será el 200 aniversario de la Doctrina Monroe
de 1823, sustentada en la conocida frase "América para los
americanos", ello con las cañoneras mediante y el "destino
manifiesto" por bandera.
