EL FMI Y SUS HUÉRFANOS IDEOLÓGICOS
.png)
Hubo un tiempo en que las “recomendaciones” del FMI sobre cómo reorganizar la economía eran leídas, defendidas y ejecutadas como si fueran un mandato divino. Corría la década de los 90 del siglo pasado cuando cada estudio sobre los rumbos de la economía mundial o acuerdo firmado con tal o cual país, no solo emanaba un sustancial optimismo histórico con lo que se proponía, sino que iba acompañado de una apodíctica y eficiente pirámide piramidal. difusión que pasó de los ministros de finanzas a los parlamentarios; desde asesores económicos hasta gobiernos; a reconocidos empresarios locales; desde prestigiosas universidades hasta comentaristas de televisión y periódicos; desde académicos hasta tertulias de café, quienes se humedecieron los labios ante cada frase, cada dato, cada sugerencia de este organismo internacional. Hubo momentos en que los "grandes consensos sociales" tejidos por una profusa red molecular de opinión pública dedicada a aco...