CARTA DE DIEGO SALAZAR A FABRICIO OJEDA CON MOTIVO DE LA GRABACIÓN DEL DISCO "CANTATA A FABRICIO"

Fabricio, entrañable hermano y camarada:

Te escribo esta carta desde el Cuartel San Carlos el día 21 de Junio de 1977. Hace exactamente once años te asesinaron en los calabozos del SIFA y no te hemos olvidado ni un instante, con todo lo que fuiste y sigues siendo para los revolucionarios y los pueblos de Venezuela y el Mundo.

Habrán quienes piensan que la prisión ha afectado mi cordura o es muestra de cursilería esto de escribir a un muerto... No importa lo que se diga o piense de este hecho. El pueblo sabrá comprender que tú y todos los mártires de la liberación nacional y el socialismo, al ofrendar su vida a un ideal de tanta transcendencia, se sembraron en la historia para siempre o lo que es lo mismo: JAMAS MURIERON.

En verdad Fabricio, que perdieron su tiempo quienes te ahorcaron, porque tu aliento sigue siendo vida insurgente y tus huellas se extienden, se multiplican marcando la senda hacia el amado sol. Te ahorcaron para silenciarte y tu voz se ha convertido en enardecida multitud. Te ahorcaron para separarte de nosotros, de tu pueblo y estás en todas partes, como un Dios Humano.

Los segundos han estallado uno tras otro hasta sumar millones, durante estos once años en que seguimos prolongando tenazmente tus luchas implacables. En cada uno de ellos, en una u otra forma ha estado tu nombre FABRICIO. En las fábricas, en los barrios, en las universidades y liceos, en los caseríos y los bosques habita tu recuerdo y también nuestros hijos se llaman como tú FABRICIO.

Vives en la palabra oral y escrita, en la poesía y en la música, en el amor y en la ternura. VIVES EN LA VIDA. Vives en las luchas y en los cantos de fe irrenunciable de los humildes de la tierra: VIVES EN EL TIEMPO, EN EL SOL ROJO DEL MAÑANA Y EN LA CLARIDAD DE UN DIA SIN SOMBRAS.

Por todo esto y por mucho más, que no alcanzo a expresar con las palabras; por todo lo que representas, defiendes y proclamas; porque fuiste a la muerte luchando por la vida y es esa la mejor forma de seguir viviendo, hoy día 21 de Junio queremos hacerte un nuevo homenaje y que lo sea al mismo tiempo y con igual intensidad y emoción, PARA TODOS LOS CAIDOS EN LA LUCHA REVOLUCIONARIA VENEZOLANA Y LATINOAMERICANA. Queremos que sea el canto nuestra manera de expresarnos.

Grabaremos en un disco, canciones del pueblo y para el pueblo. Tu las escucharas FABRICIO, desde la distancia tan cercana de tu relativa ausencia. Tu captaras la profundidad de este mensaje, hermoso, sencillo y a su vez elocuente y firme.

Escucharas la cantata a Fabricio y sentirás hondamente cómo te queremos más y más mientras más sea el tiempo transcurrido desde que te marchaste, en lo que para un revolucionario constituye "un viaje de rutina"; Oirás canciones de los presos políticos, de los irreductibles, tales como corrio, cantor, y a los fugados y seguramente te invadirán recuerdos imborrables, porque mas de una vez conociste la dura pero inigualable vida en prisión y también en una oportunidad te evadiste sensacionalmente de la cárcel de Trujillo, experimentando esa sensación increíble quizás solo comparable a la que siente el ciego que vuelve a ver. Te cubrirán los cantos de los campesinos habitantes de tierras cercanas al pueblito mágico, bello y poético donde naciste. Boconó, y sé que temblarás de emoción inmerso en la profunda sencillez de esas vocees amadas.

Pero no quiero que con esta carta o estas canciones, la nostalgia roce siquiera tu incomparable alegría. Queremos verte siempre con la sonrisa victoriosa del presidente de la Junta Patriótica, allá el 23 de Enero, cuando un aluvión de pueblo y militares dignos produjo el derrocamiento de la tiranía Perezjimenista. Queremos verte siempre con la sonrisa del Fabricio diputado cuando su histórica carta de renuncia al parlamento dijo: "Si yo muero no importa, otros vendrán detrás que recogerán nuestro fusil y nuestra bandera para continuar con dignidad lo que es ideal y deber de todo nuestro pueblo."

Seguro, hermano camarada de siempre y para siempre, que no podemos evitar que nuestra voz se trabe de emoción y las lágrimas violenten el dique de contención que le imponemos en este día. Pero que sean lágrimas alegres, claras, luminosas, las que fluyan y rieguen nuestro suelo patrio con el mensaje triunfal de tu sonrisa.

Finalizo con tu consigna:

¡LUCHAR HASTA VENCER!

 

 DESPUÉS DEL TÚNEL

                                               Cuartel San Carlos

"Hago referencia al título del libro escrito por el guerrillero, político, escritor y poeta, ya fallecido, Diego Salazar Luongo, extraordinario ser humano y dirigente revolucionario que, sufrió tortura, prisión y persecución desde la Dictadura de Pérez Jiménez a manos de la Seguridad Nacional, y luego en los sucesivos gobiernos de la IV República, en las tenebrosas casas de tortura del SIFA, en los «Tigritos» del DIM, fue preso político durante siete años en el Cuartel San Carlos. Posteriormente, se incorporará a la Dirección Nacional del Movimiento V República; fue Constituyentista en 1999 y luego de su fallecimiento, sus restos fueron honrados en el hemiciclo de la AN con la presencia del Comandante Chávez, quien tuvo palabras de elogio y afecto a su memoria.

En este libro, por el cual le impusieron una sentencia de 30 años por Rebelión Militar, Diego Salazar relataba, ya desde la prisión, los pormenores de una de las operaciones político-militares más espectaculares del mundo: la Fuga del Cuartel San Carlos, el 18 de enero de 1975, así mismo, narraba sus vivencias como preso político y de cómo le hacían frente los presos a las privaciones, torturas, aislamiento y abusos de todo tipo, incluyendo el maltrato y la persecución a los familiares.

Nosotros, desde la calle, teníamos como tarea fundamental, distribuir el libro, que, por supuesto fue prohibido y recogido por el gobierno, además de denunciar la situación a la que eran sometidos los presos políticos y en general, la represión que se vivía en el país y que eran silenciadas por los medios de comunicación, comprometidos como estaban con la «auto censura». Sólo algunas voces, excepcionales y valientes, denunciaban lo que sucedía, por ello mi reconocimiento a José Vicente Rangel.

Aunque ya habían pasado los años de represión salvaje de Betancourt y Leoni, había cesado la actividad de la mayoría de los Frentes Guerrilleros (sólo quedaba el «Américo Silva» en Oriente) y el período de mayor violencia en el país había cesado, a partir del gobierno de Caldera y la «pacificación», la represión pasó a concentrarse en los partidos y dirigentes políticos que insistían en el intento revolucionario.

Así, mantener una postura y un accionar revolucionario continuaba implicando un alto riesgo, en aquellos años de reflujo del movimiento popular y hegemonía de los partidos de la IV República, donde existían cuerpos para-policiales y organismos de seguridad, que actuaban con toda impunidad. Los gobiernos de turno hicieron del abuso del poder una práctica extendida a todos los niveles del Estado, incluyendo un Poder Judicial que era el instrumento para cometer y amparar todo tipo de fechorías e injusticias.

Nosotros, militantes revolucionarios, en «Ruptura», muy jóvenes aún, desde el Liceo Aplicación en Caracas, el Frente Cultural del Pedagógico, La Vega y todo el Oeste de la Ciudad, desde El Paraíso, San Martín, Catia, Antímano hasta Caricuao, teníamos una actividad política intensa, en la calle.

Sin embargo, las circunstancias eran muy adversas, se venía de un movimiento guerrillero duramente Golpeado y los dirigentes presos o perseguidos, el país en plena bonanza petrolera, la hegemonía y control de todo por parte de AD-Copei, «los extravíos del poder», como escribió Héctor Malavé Mata, la corrupción, la degradación de las élites políticas y económicas, era el Clímax de la IV República.

Pasarían 14 años durante los cuales se entregó nuestra industria petrolera, se aplicó un paquete económico neoliberal. Era el colapso de la IV República. En 1989 sobrevino el «Caracazo», como un acto desesperado del pueblo y la respuesta del gobierno fue brutal.

Luego, vendría la rebelión militar Bolivariana del 4 de febrero de 1992; el «por ahora» del Comandante Chávez, que estremeció la conciencia de nuestro Pueblo, quien; con posterioridad de la prisión, conquistó su extraordinaria victoria electoral; el proceso Constituyente de 1999 que puso fin a la IV República, así avanzamos en este intento de «Refundar la Patria»: la Revolución Bolivariana. 

En aquellos años difíciles de la IV República, la fuga del San Carlos, fue un hecho político extraordinario, de una audacia tremenda, que sólo la inspiración, conciencia y voluntad de lucha de sus protagonistas, pudieron lograr. Fue un túnel construido desde la prisión, de 44 metros de largo, la tierra fue colocada en el techo del cuartel, con los riesgos que se corrían por ser la prisión militar más custodiada del país.

El hecho denotaba la unidad de los revolucionarios, el temple, valor y, sobre todo, la voluntad de seguir combatiendo. Fue una operación militar compleja, con la toma de las viviendas aledañas, donde se estimaba que saldría el túnel, listos para atacar el cuartel en caso de ser descubiertos. En la Calle, la fuga nos moralizó, aquellos combatientes del PRV-FALN y BR, que alcanzaron la libertad, volvieron para seguir luchando por sus ideales, a organizar el movimiento popular.

Diego Salazar, capturado después de la fuga de sus compañeros, fue torturado con saña por los organismos de seguridad, quienes en él concentraron su odio y molestia por la humillación que había sufrido el gobierno, tras el éxito de la operación.

Luego pasó al San Carlos, donde ya como preso político, nunca perdió su alegría y su voluntad de lucha, hasta que fue liberado y se sumergió en el seno del movimiento popular, gozando del respeto y admiración de los que nunca se quebraron, ni traicionaron. Es un referente para todos nosotros."

¡HONOR Y GLORIA A QUIENES HONOR Y GLORIA MERECEN! 

¡LA LINEA JUSTA ES LUCHAR HASTA VENCER!




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