ELECCIÓNES EN LA UCV
Y VENCIERON LAS SOMBRAS…
Muchos años después, volvimos a la UCV con la nostalgia revuelta y las
esperanzas renacidas. Tratábamos de poner un literal grano de arena, a ese 5%
que representábamos los egresados en un universo de decenas de miles de miles
que hicieron la misma cola.
Nos alegró ver los espacios renovados y la ilusión en la cara de otros.
Inevitablemente, el recuerdo de la hermana muerta en el accidente del Orfeón
UCV en 1976, apareció como un incentivo más. Ellos murieron por querer
representar a la universidad en un festival de coros. ¿Qué importaba un plantón de
horas para devolverle a la universidad que nos formó, la luz que había
desaparecido de ella?
Eran ocho los candidatos a Rector. Pero había un huequito por el cual podíamos
colarnos para derrotar la gestión que la llevó a la ruina, la misma que no sé qué
fue lo que hizo con la caja de ahorros de los profesores, enquistada y prepotente,
cargada de prebendas que no le pertenecían, derrochadora de lujos y viajes,
descarada, asquerosamente descarada.
Las horas de espera se hicieron largas pero una cosa me llamó la atención: al
entrar un vigilante me advirtió “no se apure, que las papeletas se mojaron y las
están reimprimiendo ahora” Confieso que no le creí, ¿papelitos impresos en
tiempos digitales? ¿Papeletas mojadas?
Parece que era verdad, o por lo menos eso pretendieron hacernos creer, que el
material, bajo la custodia de una comisión electoral tan parecida a las actuales
autoridades, se había mojado por una lluvia. Con las horas transcurriendo, la
gente comenzó a irse no sin antes dejar de gritar “fuera Cecilia de la universidad”.
El clamor era común a los partidarios de los ocho candidatos.
Cecilia y su combo no quisieron la intervención del CNE, para que la
“transparencia” no estuviese comprometida. Ellos y su Facultad de Ciencias, con
sus informáticos, sus matemáticos y toda la ingeniería que se necesitaba creyeron
que podían hacerlo solos. Que los más de doscientos mil egresados que
estábamos convocados, podríamos darnos el tupé de que no requerimos ayuda
externa. Hasta que, finalmente, una oscura nube, ensombreció el ambiente. Por fin
admitieron su incapacidad, su incompetencia, y suspendieron las elecciones, para
bochorno universal. Jamás imaginamos que sentiríamos vergüenza de la UCV.
Pero la institución no tiene la culpa de que la hayan hecho caer tan bajo.
Lo siento, hermana querida, la sombra sigue ahí.
Mariadela Linares
OJO: vean estos documentos desclasificados sobre la familia de María Corina Machado…. En la foto puede verse a la señora Corina en silla de ruedas, llevada por su hija… Publicado por: Jose Sant Roz on: agosto 16, 2018 En: Articulos , Nacional Etiquetas: 1 Comentario Imprimir Correo Electrónico En aquellos tiempos (Época Puntofista), hasta la iglesia decía que amaba a los pobres y mientras más los amaba más tragaban a cuatro carrillos, más libaban buenos licores y más se refocilaban en las enfebrecidos brazos de la burguesía. “Clerecía y Burguesía unida, perversa y siempre corrompida”. Durante todo el gobierno de Jaime Lusinchi, un espléndido zamuraje oscurecía y se agolpaba en los grandes salones de Miraflores. Allí todo eran risas y chocaban sus vasos de añejos vinos los empresarios con los diplomáticos de la vieja Europa y los Estados Unidos. Nada se hacía en política sin que lo aprobase aquel orondo asesino llamado Otto Reich. Los grandes dueños del Palacio e